La carrera de los deportistas de alto rendimiento inicia con una tendencia ascendente, en cierto punto el deportista alcanza su máximo potencial, después empieza el descenso hasta el retiro. En este proceso el desempeño se mide con variables objetivas que permiten entender el nivel alcanzado. Por ejemplo: el número de goles, de asistencias, los títulos obtenidos, el promedio de kilómetros recorridos por partido, la efectividad de sus pases. Sus salarios suelen estar ligados a la productividad que alcanzan.
La productividad en el largo plazo es el criterio principal en la determinación de los ingresos individuales: el trabajo se remunera en función de la productividad del trabajador. Los administradores de fondos de inversión son una excepción, en las últimas tres décadas quienes se dedican a esta actividad han sido remunerados sin mediciones objetivas de su desempeño.
Por ejemplo, el Fondo Plan Semilla de Bancolombia que administra $676 mil millones de pesos, en los años 2014, 2015 y 2016 obtuvo una rentabilidad promedio de 5,7% e.a. Esta gestión le otorgó a sus administradores $ 25 mil millones en honorarios.
En Finanzas Simples, creemos que la remuneración de los administradores de inversiones debe estar ligada a la rentabilidad que obtienen los fondos que administran en comparación con el promedio del mercado. De esa manera los clientes dejarán de pagar a los administradores por respirar.