Siempre me ha fascinado la estructura y el ciclo de vida de un árbol.
Nace de una semilla, crece gracias a un elemento tan sencillo, aunque no siempre disponible, como el agua, desarrolla sus poderosas raíces, despliega sus ramas sobre las cuales crecen sus hojas, sus flores y sus frutos. Estos últimos a su vez generan nueva vida, nuevos árboles y el ciclo de la vida vuelve a repetirse. El árbol no tiene prisa para crecer, sabe que seguirá su ciclo de vida hasta morir, y hasta muerto continuará su misión fundamental siendo utilizado en las construcciones, para darnos calor y para ser el papel sobre el que todos nosotros estudiamos.
Creo que la semilla es como la primera pequeña inversión alimentada año tras año a través de esfuerzos para ahorrar una cantidad de dinero. El árbol no tiene prisa para crecer: una inversión lungimirante (que tiene la capacidad de ver mas allá del presente) tampoco la tiene.
La inversión se fortalece desde sus raíces. Gracias a estas absorbe el agua del interés compuesto alimentando su estructura. El árbol no solo se alimenta si no también le ofrece oxígeno al planeta, el valor de su acto no tiene medida. Aprender a manejar nuestro propio dinero es nuestro oxígeno, por ello la educación financiera es fundamental en la vida.
Un día llega el invierno, que igual a una crisis financiera, hace que el árbol pierda su belleza y coloridas hojas. No obstante, después empieza la primavera y nueva “sangre” corre por las ramas del árbol para dar vida a nuevas hojas y a los brotes de nuevas flores.
Llega el verano y el árbol nunca ha sido tan bello y sus hojas nunca han sido tan brillantes. Las temporadas como los ciclos financieros se repiten, pero las temporadas frías no alcanzan a tumbar el árbol. Continuar invirtiendo alimentando el árbol sin someternos a la tentación de vender activos aguantando frío, conduce a aprovechar las malas temporadas también.
Los frutos de las inversiones, como los frutos del árbol, son nuestro alimento y el de las generaciones futuras. La paciencia es esencial para esperar por los frutos más numerosos y jugosos antes de empezar la cosecha.
Warren Buffet, uno de los inspiradores de esta comunidad una vez dijo:
“Si hay alguien sentado a la sombra es porque tiempo atrás alguien plantó un árbol.”
En Finanzas Simples equiparamos nuestra filosofía inversión a la naturaleza del árbol. Plantar una pequeña semilla, esperar y seguir alimentando nuestra planta hasta que el tronco entregue frutos.