La filosofía de Jesús se construye desde la idea: “amar al prójimo como a uno mismo”. Las personas capaces de vivir bajo esta lógica suelen ser mas felices y compasivas, envidiar y juzgar menos. Sus mentes están cercanas a un estado de paz y tranquilidad.
Sin embargo, la simplicidad de la idea esconde la dificultad de su ejecución. Es dificultoso sentir amor por el jefe cuando creemos que actúa injustamente. También lo es: con el ciudadano que cruza el semáforo en rojo poniendo en peligro la vida de otros. Y qué tal “el amor” por los políticos que buscan dividir.
La genialidad de la filosofía de Jesús es precisamente que: actuar compasivamente en las ocasiones que nos sentimos maltratados: nos fortalece como individuos.
La filosofía de Warren Buffett para las finanzas personales se construye desde la idea: “trabajar duro, gastar menos de lo ganado e invertir la diferencia”. Quienes siguen esta ética suelen eliminar los problemas económicos de sus vidas, proveer a los integrantes de sus familias las condiciones propicias para su desarrollo. Y usualmente convertirse en millonarios.
Sin embargo, la simplicidad de la idea esconde la dificultad de su ejecución. La disciplina de trabajar duro sin desmotivar ante las dificultades propias del trabajo. La tentación de gastar el dinero que ganamos. El esfuerzo requerido para aprender a invertir sin desistir por las pérdidas inevitables en el camino.
La genialidad de la ética de Warren Buffett es precisamente que: trabajar duro, educarnos a guardar el dinero producto de nuestra ocupación y ponerlo a trabajar en vez de gastarlo: nos fortalece como individuos.
En Finanzas Simples, reconocemos el tremendo desafío para desarrollar la disciplina de personajes como Jesús o Warren Buffett. Por eso nos preguntamos constantemente: ¿Es igual ser vicioso que virtuoso? ¿Es lo mismo ser rico que pobre?
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