El concepto de composición en su sentido mas simple es: “Acción y efecto de componer”. Sin embargo, en sentido amplio su repercusión impacta significativamente las circunstancias de la experiencia humana. Dos ejemplos de composición son Internet e invertir. Veamos:
Internet en 1995 tenía 16 millones de usuarios, al finalizar 2017 los usuarios alcanzaron 4157 millones. En el proceso se crearon sistemas informativos y plataformas financieras de alcance global. Redes sociales que reúnen ideas, comentarios, fotografías de miles de millones de personas. El sistema de búsqueda de conocimiento más fácil, gratuito y preciso que se puede imaginar.
La capacidad de composición de la red de internet tiene un impacto tan significativo: que de la vida como la conocieron nuestros abuelos quedan pocos rastros. El papel que acompañó a la humanidad desde el Antiguo Egipto desaparece. Las oficinas bancarias y los almacenes de comercio son para mayores de 50. De las agencias de viaje no queda rastro. La industria de televisión está fuertemente amenazada. Las compañías mas valiosas del mundo nacieron en la era de internet: Amazon, Apple, Google, Facebook. El efecto exponencial del cambio ha sido monumental.
Invertir es el proceso de componer el capital a lo largo del tiempo. La lógica es: el capital genera ganancias que se componen para generar nuevas ganancias y continuar igual proceso con las ganancias de las ganancias. Es contraintuitivo para la mente humana por la dificultad de razonar con exponentes. No me crees: intenta descifrar 9 a la 6 (sin calculadora).
Carlos con 25 años, pretende tener un patrimonio de mil millones de pesos para su cumpleaños 40. ¿Qué puede hacer para conseguirlo si su salario son 4 millones?. Un camino a recorrer es: ahorrar 2 millones por mes e invertir el capital consiguiendo 12% de rentabilidad anual.
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