El medio de transporte que utilizamos tiene efectos significativos en nuestras finanzas personales. La decisión de ir a la oficina en carro, bicicleta, Transmilenio o caminando puede contribuir a proteger el dinero producto de nuestro trabajo o también a desperdiciarlo.
María utiliza Transmilenio para llegar a su oficina, el presupuesto que consume es 110 mil pesos por mes: alrededor de 10% de su salario. La odisea de montar el biarticulado a las 6:30 a.m. o 5:30 p.m. la han llevado a buscar otra forma de transporte. La rigurosidad de montar en transporte público todos los días le ha quitado una pizca de su alegría natural.
Brian, trabaja incansable de domingo a domingo, vive en Nicolás de Federman y su trabajo queda en Santa Bárbara. Los desplazamientos los realiza en carro cuando no tiene pico y placa; los días de pico y placa utiliza Transmi. El carro consume: seguros, gasolina, intereses del crédito, impuestos, revisión técnico mecánica y otros arreglos: 700 mil pesos por mes o el 35% del salario de Brian.
Jorge, empezó a utilizar la bici para ir al trabajo tres años atrás. La bici que compró costó 1 millón, el mantenimiento cuesta 20 mil pesos mensuales: en total el 3% de su salario. La lluvia ha encontrado a Jorge camino a su casa, otras veces camino a la oficina, esto motivó llegadas tarde a un par de reuniones. La salud de Jorge mejoró, se siente mas vital, con energía y con la mente mas afilada que cuando utilizaba otros medios de transporte.
En Finanzas Simples reconocemos que el medio de transporte de nuestra elección, trae consideraciones mas allá de lo económico. De todas maneras, ir en bici o transporte público permiten guardar dinero producto del esfuerzo de todos los días. La mejor ubicación para ese ahorro es en activos de inversión.