En el sistema capitalista el comercio tiene la primera palabra. Entender que las acciones de nuestra vida están influenciadas por esta realidad, es condición para aprovechar los beneficios de haber nacido en este momento de la historia. Mientras los doce mil años anteriores a la revolución francesa, el 99 % de la humanidad vivió en estado de servidumbre: sufriendo hambre, guerra, ignorancia entre otras desventuras.
El capitalismo cambió la ecuación, llevando al individuo común acceso a productos, experiencias, libertades inimaginables en otros momentos de la historia. Viajar a Europa fácilmente, el entretenimiento gratuito que recibimos de YouTube, elegir vino chileno, francés o californiano. Son cosas imposibles para los que nacieron en 1300.
La otra cara de la moneda es la élite que se beneficia del consumo de la mayoría. No es casualidad que 400 personas posean la riqueza equivalente de tres mil millones. La idea que la vivienda es su mejor inversión, parece un truco para captar el dinero de las personas comunes y dejar utilidades en los bancos que prestan la hipoteca.
En Finanzas Simples, creemos que para vivir sin sobresaltos económicos es preciso participar del juego del capital. Las cosas que compramos suelen dejar utilidades en los bolsillos de otros. Invertir en acciones de empresas es la forma de participar de esas ganancias.